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Cardenal Daniel Sturla
Daniel Fernando Sturla Berhouet, S.D.B. (Montevideo, 4 de ...
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02 Monseñor Jacinto Vera

Mons. Jacinto Vera, Primer Obispo de Montevideo, 1878.jpgJacinto Vera y Durán (Reino de PortugalBrasilSanta CatarinaFlorianópolis3 de julio de 1813 - Pan de Azúcar (Estado Oriental del Uruguay), 6 de mayo de 1881) fue el pimer obispo católico de Montevideo.

Biografía

Nació en el Océano Atlántico en el barco que llevaba a su familia desde Canarias a Uruguay en 1813. Sus padres, Gerardo Vera y Josefa Durán, provenían de TinajoLanzarote (Islas Canarias). Fue bautizado durante una escala del barco en Nossa Senhora do Desterro, hoy Florianopolis, en la Isla de Santa CatarinaBrasil. Luego de unos años, él, sus padres y sus hermanos (Dionisio Antonio de los Dolores, María Teodora y Mariana; el mayor Francisco había probablemente muerto en Brasil) continuaron el viaje hacia Uruguay.1 2

Vivieron unos seis años en una chacra arrendada en Abra del Mallorquín, entre San Carlos y Pan de Azúcar. Posteriormente compraron una chacra en la zona de Toledo (Canelones). Hizo su primera comunión en la Capilla de Ntra. Señora del Carmen, llamada de Doña Ana, donde hoy está el vivero nacional Alejandro Gallinal.

En 1832 sintió la vocación sacerdotal. Estudió como pudo con sacerdotes y de 1836 a 1841 fue alumno de los PP. Jesuitas en Buenos Aires. Destacó por su inteligencia, por su virtud, por su religiosidad y también por la atracción que ejercía su personalidad despierta, aguda y alegre.

Fue ordenado sacerdote el 28 de mayo de 1841 por Monseñor Mariano Medrano y ofició la primera Misa el 6 de junio en la Iglesia de las Catalinas de Buenos Aires. El recién ordenado sacerdote regresó al Uruguay, destinado a teniente Cura de Nuestra Señora de Guadalupe en Canelones.

El 4 de octubre de 1859 fue nombrado Vicario Apostólico de Uruguay y asumió el 14 de diciembre.

Pronto hubo de intervenir en un Hospicio de Frailes Franciscanos. Según los informes de la orden religiosa estos sacerdotes tenían una conducta desordenada y se acusaban unos a otros de diversos delitos. El conflicto no fue por motivos ideológicos ni políticos, sino de orden interno. Sin embargo, alguno de los religiosos acudió a las autoridades judiciales contra el Vicario y la prensa anticatólica aprovechó la situación para intentar desacreditar a Jacinto Vera.

Vera procuró la renovación del clero y, para ello, en enero de 1860, convocó a los primeros Ejercicios Espirituales de los sacerdotes. Enseguida comenzó un viaje misional por parte de la campaña que duró desde el 25 de abril de 1860 hasta enero de 1861.

Una confrontación con los masones - y con la autoridad pública - surgió en abril de 1861. Al no querer enterrar con rito católico al Sr. Jacobsen, que murió declarándose masón, un grupo de la franc-masonería quiso imponer su entierro en el cementerio católico. Hubo muchas acusaciones y se llegó a un arreglo por el cual, se dictó una norma para cementerios, se eligió el capellán católico y Vera ordenó que - dado que se enterraban algunos no católicos en el cementerio católico - desde entonces se bendijera cada una de las tumbas.

Un larga confrontación surgió a mediados de 1861. El Pbro. Juan José Brid, cura de la Iglesia Matriz y senador de la República, tenía mucho prestigio social, pero también desatendía su ministerio y frecuentemente causaba escándalo. Los católicos más cercanos a la Iglesia, querían su cambio por un sacerdote más entregado y santo. Pero Brid tenía el apoyo social de mucha gente, de políticos y de algunos masones.

Vera buscó la forma de proponer algún ayudante para la Parroquia de la Matriz, a fin de evitar las divisiones. Sin embargo, desde el Gobierno se quiso interpretar la situación según un supuesto derecho de Patronato, que la Constitución declaraba y la Iglesia nunca reconoció, y que se interpretaba de forma arbitraria y abusiva. En estas circunstancias Jacinto Vera defendió la libertad de la Iglesia en el que fue llamado conflicto eclesiástico, cuando según la interpretación del Gobierno se quería someter el nombramiento y retiro de párrocos a la aprobación de la autoridad civil. Padeció el destierro en Buenos Aires desde el 8 de octubre de 1862 hasta el 23 de agosto de 1863. Pío IX aprobó su actuación y lo nombró Prelado Doméstico. Como resultado de esta larga situación el pueblo valoró más aún a Jacinto Vera. Él obtuvo la libertad en los nombramientos eclesiásticos, lo que le permitió mejorar la atención y el gobierno del clero, buscando párrocos de buena conducta, sin las presiones sociales y políticas.

El Presidente interino Atanasio Aguirre solicitó del Papa el nombramiento episcopal de D. Jacinto Vera. En diciembre de 1864 socorrió a las familias refugiadas en la Isla de la Caridad, durante el sitio de Paysandú. El 16 de julio de 1865 fue ordenado obispo por Mons. Mariano José de Escalada, con el título de Megara.3

En 1867 viajó a Roma para el XIX Centenario del martirio de San Pedro y recorrió Italia, Francia, España y Portugal. En 1870 participó en el Concilio Vaticano I. Viajó a Tierra Santa.

Del 10 al 17 de julio de 1871 llevó adelante una misión de paz entre el Gral.Timoteo Aparicio y el ejército gubernista del Presidente Batlle. Al fracasar la mediación tuvo lugar la batalla de Manantiales.

Apoyó ampliamente el retorno de los PP. Jesuitas al Uruguay, que se instalaron definitivamente en Montevideo el 3 de septiembre de 1872. Propició la presencia de los PP.Salesianos en el Uruguay, cuyo primer grupo llegó el 26 de diciembre de 1876. .Mantuvo correspondencia epistolar con San Juan Bosco, quien lo apreciaba mucho.

El 15 de julio de 1878 fue proclamado primer obispo de Montevideo. El 16 de diciembre de 1878 bendijo la primera piedra del Seminario Conciliar de Montevideo, encomendado a la Compañía de Jesús, que recibió sus primeros alumnos en 1880. La institución continuó posteriormente como Colegio del Sagrado Corazón, y, aparte, como Seminario Interdiocesano Cristo Rey.

Durante una misión, falleció en Pan de Azúcar el 6 de mayo 1881. Sus funerales fueron la manifestación más grande de la época. En poco tiempo, por suscripción popular,se levantó el hermoso monumento funerario en la Catedral de Montevideo. Murió con fama de santidad y fue elogiado por hombres de todas las posiciones, aún por sus adversarios, como hombre íntegro, de gran virtud, generoso, Padre de los pobres, a quienes entregaba todo lo que tenía. Fue la persona más conocida y querida por el pueblo en el Uruguay de la segunda mitad del Siglo XIX.

Es considerado el padre de la Iglesia en el Uruguay, como primer obispo, fundador del clero nacional, organizador del laicado y de la prensa católica. Propició la llegada de congregaciones religiosas masculinas y femeninas y fomentó la enseñanza católica. Personalmente fue un gran misionero, que recorrió tres y cuatro veces todo el país, en un recorrido que se calcula de 150.000 km., en tiempos en que no había casi caminos ni puentes.

Causa de canonización

Con el título de Siervo de Dios prosigue su causa de canonización y es conocido y venerado actualmente en todo el Uruguay. La Positio, o alegato de la causa ha sido aceptada en la Congregación para las causas de los santos y se ha reconocido su valor histórico.

Tras un largo el estudio de las virtudes heroicas, Jacinto Vera fue proclamado Venerable por el papa Francisco en mayo de 2015.4

Supervivencia del nombre

Años después, un barrio de Montevideo llevaría su nombre.

Su hermana María de Vera y Durán donó los terrenos para la población de San Jacinto (Canelones), que fue denominada así en honor al obispo.

En diversos lugares se recuerda su presencia: Museo Jacinto Vera en Pan de Azúcar, Hogar Sacerdotal Mons. Jacinto Vera en Montevideo. Cruz Alta en Florida y La Cruz en Tacuarembó recuerdan cruces de misiones de Mons. Jacinto Vera. Su monumento sepulcral se encuentra en la Catedral Metropolitana de Montevideo, inaugurado el 11 de diciembre de 1813. Se puede ver una grandiosa estatua de Mons. Jacinto Vera arrodillado, en oración, con la mitra sobre el suelo. En la Parroquia de Ntra. Señora del Carmen del Cordón, de Montevideo, se encuentra su corazón. En la Iglesia Catedral de Canelones se depositaron sus vísceras y en el atrio hay una estatua de pie, de tamaño natural inaugurada en 2013, con una placa que recuerda el bicentenario de su nacimiento. 

Referencias

 http://www.comunidadelol.es/smf/islas-canarias/historia-de-las-islas-canarias/5/?wap2 Historia de las Islas Canarias. Consultado el 28 de enero de 2011, a las 14:23 pm

 http://www.juliosanchezrodriguez.com/convertidos/09-05_JacintoVera.pdf Jacinto Vera Durán, Primer Obispo de Montevideo (I) (º 185). Consultado el 27 de enero de 2011, a las 16:00 pm.

 Mons. Jacinto Vera y Durán (en Catholic Hierarchy)

 Venerable Jacinto Vera

Fuentes

El Siervo de Dios, Monseñor Jacinto Vera

Obispos y Arzobispos de Montevideo

Bibliografía sobre Jacinto Vera

Lorenzo A. Pons, Biografía del Ilmo. y Revmo. señor don Jacinto Vera y Durán, primer Obispo de Montevideo, Barreiro y Ramos, Montevideo, 1904.

Rafael Algorta Camusso, Monseñor Don Jacinto Vera. Notas biográficas, Colegio Sagrado Corazón, Montevideo, 1931.

Ennrique Passadore, La vida de Mons. Jacinto Vera. Padre de la Iglesia Uruguaya, Montevideo Entre Siglos, Montevideo, 1997.

Beatriz Torrendell Larravide, Geografía Histórica de Jacinto Vera. 150 años de la Misión, edición de la autora, Montevideo, 2010.

José Gabriel González Merlano, El conflicto eclesiástico (1861-1862). Aspectos jurídicos de la discusión acerca del Patronato Nacional, Universidad Católica del Uruguay y Tierra Adentro, Montevideo 2010.

Laura Álvarez Goyoaga, Don Jacinto Vera. El misionero santo (Historia novelada) Doble clic, Montevideo, 2010

03 Monseñor Inocencio M. Yéregui

Inocencio María Yéregui Goichea (28 de julio de 1833 - 1 de febrero de 1890) sacerdote y obispo católico uruguayo, fue el segundo Obispo de Montevideo.

Biografía

Orígenes familiares

Hijo de Juan Fermín Yéregui, natural de la localidad española de Tolosa (Guipúzcoa) y de Luisa Goichea, nacida en Buenos Aires.1

Sacerdote
Fue ordenado sacerdote en 1858 en Buenos Aires por el obispo Mariano José de Escalada.

Conflicto eclesiástico

En ocasión del conflicto desatado por el entierro de un miembro de la Masonería, el Vicario Apostólico Jacinto Vera destituye al párroco de la Iglesia MatrizJuan José Brid, reemplazándolo por Yéregui. El presidente Bernardo Prudencio Berro veta el nombramiento y Brid se niega a entregar el cargo y las llaves. Berro hace efectiva la municipalización de los cementerios ya decretada por Gabriel Antonio Pereira y destierra a Vera.

Vicario general

Después del regreso del exilio y el nombramiento de Vera como obispo, es nombrado Vicario General.2 En 1867 acompaña a Monseñor Vera a Roma, al Concilio Vaticano I.

Fue redactor de El Mensajero del Pueblo, revista católica, publicada de 1870 a 1875.

Volvió nuevamente ante la Santa Sede en la época de Lorenzo Latorre, para procurar la elevación del vicariato de Montevideo a la categoría de Diócesis.

Obispo de Montevideo

El 6 de mayo de 1881 falleció Jacinto Vera. Pocos días después, el 13 de mayo, Yéregui es nombrado obispo auxiliar de Montevideo, pero su ordenación episcopal será recién el 18 de setiembre. El 22 de noviembre es nombrado obispo de Montevideo.

Educación Católica

En 1877, durante el vicariato de Jacinto Vera y la dictadura de Lorenzo Latorre el Decreto Ley de Educación Común había iniciado la organización de la educación pública bajo los principios de gratuidad, obligatoriedad y laicidad sostenidos por José Pedro Varela. La enseñanza religiosa podía dictarse en la propia escuela, con asistencia voluntaria y fuera del horario lectivo. Procurando un fortalecimiento de la educación católica, en 1882 se crea la Sociedad Católica de Enseñanza Libre, a instancias de Francisco Bauzá; que queda bajo la presidencia de Yéregui.3

Conflictos con el Estado

En tiempos del presidente Máximo Santos se producen algunos conflictos entre Iglesia y Estado, que tuvieron sus puntos más álgidos con la aprobación en 1885 de la ley del matrimonio civil obligatorio, que establecía incluso pena de prisión para el sacerdote que presidiera la celebración religiosa sin previo matrimonio civil y la ley de conventos, que supeditaba la erección futura de las casas conventuales a la autorización del Poder Ejecutivo y establecía diversas formas de intervención de éste en la vida de las comunidades religiosas. Paralelamente a esta confrontación con el gobierno, ocurría otra, ideológica, entre católicos y racionalistas, ya iniciada en tiempos de Jacinto Vera.

El Círculo Católico de Obreros

A mediados del siglo XIX habían surgido en Francia los primeros Círculos Católicos de Obreros, como respuesta a la creciente preocupación de la Iglesia por la situación de los trabajadores. En Uruguay, un empleado de comercio llamado Tomás Parodi plantea la idea al teniente cura de la Catedral, Andrés Torrielli. Juntos entusiasman a Juan O´Neill y al entonces estudiante de medicina Luis Pedro Lenguas. En 1884, Torrielli presenta a Yéregui un proyecto para la fundación del Círculo Católico de Obreros en el Uruguay. Se aprueba y se concreta la fundación el 21 de junio de 1885 donde Juan Zorrilla de San Martín mociona como primer Presidente a Francisco Bauzá. La misión del Círculo era ayudar a los más desamparados. Se luchó por la jornada laboral de 8 horas, el descanso semanal y la protección de los trabajadores.4

El Primer Congreso Católico

Buscando fortalecer a la Iglesia, Yéregui convocó el Primer Congreso Católico, que se reunió el 28 de abril de 1889, entre cuyas decisiones estuvo la creación de la Unión Católica, primera organización de los laicos católicos en el Uruguay. Participaron en el Congreso destacadas personalidades uruguayas de la época, tales como Joaquín RequenaFrancisco BauzáMariano SolerJuan Zorrilla de San Martín.

La muerte

Yéregui falleció el 1 de febrero de 1890 tras una extensa misión y a la inmediata terminación de los Ejercicios Espirituales con su clero. Se lo reputó como un hombre de tendencias moderadas, carácter conciliador, poco intelectual y de profunda moral. 

Referencias

 Familia Morquio-Yéregui
 Mons. Inocencio M. Yéregui (en Catholic Hierarchy)
 Asociación Uruguaya de Educación Católica
 Círculo Católico de Obreros del Uruguay - Historia 

Referencias bibliográficas

Fernández Saldaña, J. M.: Diccionario Uruguayo de Biografías 1810–1940, Adolfo Linardi, Editorial Amerindia, Montevideo1945
Chiarino, J. V.Los Obispos de un siglo, conferencia dictada en el Club Católico de Montevideo el 7 de setiembre de 1978, publicada en Libro Anual 1978-1979 del Instituto Teológico del UruguayMontevideo1979.

01 Presbítero Dámaso Antonio Larrañaga

Dámaso Antonio Larrañaga2.jpgDámaso Antonio Larrañaga (Montevideo, 10 de diciembre de 1771 – † 6 de febrero de 1848) fue un religioso,político, naturalista y botánico uruguayo, uno de los principales responsables de la fundación de la Biblioteca Nacional de su país, contribuyó además en la creación de la Universidad de la República. Como diplomático tuvo una relevante actuación en el nacimiento del Uruguay como nación.
En el año 1830, ya constituido el Uruguay como Nación Independiente, se separa la Iglesia Uruguaya de la Diócesis de Buenos Aires.

En el año 1832 Roma designa como primer Vicario Apostólico para el Uruguay, al Presbítero Dámaso Antonio Larrañaga.

Fue Cura Párroco de la Iglesia Matriz entre los años 1818 y 1832
En el año 1878 S.S. el Papa Pío IX crea el Obispado de Montevideo 
Biografía:


 

Vista del antiguo Real Colegio de San Carlos.

 

Hijo de Manuel de Larrañaga, vasco español, integrante del Cabildo en la época virreinal, estudió en Córdoba y Completó sus estudios preparatorios en el Real Colegio de San Carlos, siendo condiscípulo de Gregorio García de Tagle con quien en forma conjunta presentó una tesis que trataba cuestiones de física, química, astronomía —mecánica universal, manchas solares, sistema planetario—, geografía y matemáticas mostrando conocer a Descartes, Newton, Leibiniz, Maupertius, Boscovich —precursor de la teoría de la relatividad—, Nollet y Franklin. 1 2 Volviendo a Montevideo en 1799, donde se le hizo capellán de las milicias.

En 1804 fue teniente cura de la Matriz, contribuyendo a la edificación del nuevo templo que se estaba edificando. En las Invasiones Inglesas marchó con las tropas a la expedición de la reconquista de Buenos Aires y en la toma de Montevideo demostró gran celo en el cuidado de los heridos. Finalizadas las mismas continuó su actuación religiosa, ocupándose también en trabajos científicos y en su biblioteca, actividades que continuó hasta su muerte.

Por sus ideas fue expulsado de Montevideo en 1811, junto con otros curas patriotas, a raíz de la victoria de Artigas en la Batalla de Las Piedras. Ya en Montevideo recogido en la chacra de Berro, en la zona de Manga, fue comisionado por los orientales para asistir como Delegado a la Asamblea Constituyente de 1813 en Buenos Aires, siendo portador de las Instrucciones del año XIII. El Congreso desconoció su representación alegando vicio de forma, pero el verdadero propósito era excluir de la Asamblea a ciudadanos que representaban tendencias muy peligrosas para los planes absorbentes de la mayoría centralista.

Para ganarlo a su causa o retenerlo allí, el Directorio porteño le ofreció el cargo de bibliotecario público, el que aceptó, desempeñándolo hasta 1815, año que regresó a la Provincia Oriental trayendo consigo para aclimatar en el país los primeros árboles de acacia blanca.

Siendo Párroco de la Iglesia Matriz de Montevideo, fue a Paysandú para solucionar las diferencias entre Artigas y el Cabildo de Montevideo. En el trayecto escribió su Diario de viaje de Montevideo a Paysandú. Además, procuró reunir elementos para sus ensayos sobre lengua chaná. En mayo de 1816 fue nombrado director de la Biblioteca Nacional, de la que él tanto tuvo que ver en su creación junto a Miguel Barreiro.

En el ocaso de la causa artiguista, Larrañaga se unió a la dominación portuguesa, hasta aceptar del humillado Cabildo de Montevideo el triste honor de trasladarse a Río de Janeiro, junto con Jerónimo Pío Bianqui, en misión de agradecimiento al rey Juan VI de Portugal. En 1821 fue diputado al Congreso Cisplatino convocado por Carlos Federico Lecor, en el que se acordó la incorporación definitiva de la Banda Oriental a la monarquía portuguesa.

En esa época se volcó con más firmeza que nunca a todo lo que tocaba al progreso y bienestar social, debiéndosele el establecimiento de la Casa Cuna de niños abandonados en 1818 y la inauguración de la Escuela Lancasteriana en noviembre de 1821, instalada en la misma casa del Fuerte de Gobierno. En 1824 fue confirmado como Vicario Apostólico equivalente al de Obispo Diocesano.

No se involucró en la revolución libertadora de 1825, pues su investidura en la Iglesia lo obligaba a ser respetuoso y fiel a los brasileños, que entonces mandaban.

Constituida la República en 1830, fue electo Senador por el departamento de Montevideo hasta 1835. Presentó, entre otros, un proyecto de ley restringiendo a casos especiales la pena de muerte, y uno en favor de los esclavos por el cual se facilitaba su emancipación. Concluido su período senatorial se dedica a las funciones eclesiásticas y a sus estudios, hasta 1840 en que su visión y su salud habían decrecido mucho.

Recogido en su quinta en los alrededores de la capital, lo vino a encontrar la Guerra Grande creándose el Gobierno de la Defensa con la presidencia de Joaquín Suárez y el Gobierno del Cerrito dirigido por el general Manuel Oribe con similar cargo que el anterior. Larrañaga como Vicario Apostólico, acatado por todos y por encima de la discordia, supo conciliar el ejercicio de su cargo eclesiástico con la dualidad de estas dos autoridades civiles.

Cuando falleció de un ataque cerebral se le rindieron honores póstumos en el campo del Cerrito, al ser enterrado en la capilla de la Sacra Familia, mientras el Gobierno de la Defensa ordenaba la celebración en el recinto de Montevideo de los oficios fúnebres que correspondían a su dignidad decretándole honores de general de la República.

Larrañaga, en su calidad de máxima autoridad eclesiástica de Uruguay, había sido designado por Manuel Oribe para desempeñar el primer rectorado de laUniversidad de la República, pero debido a que se inauguró un año después de su muerte, en 1849, el cargo le fue otorgado a Lorenzo Antonio Fernández, quien lo sucediera como vicario apostólico.

En 1922 el Instituto Histórico y Geográfico del Uruguay publicó sus investigaciones.

Honores

Desde 2003 circula en el país el billete de 2000 pesos uruguayos con el rostro de Dámaso Antonio Larrañaga, la denominación de mayor valor actualmente en vigencia.

En 2015, recordando los 200 años de su Diario de viaje de Montevideo a Paysandú, se estrenó un documental titulado Lo que quedó en el tintero, dirigido por el cineasta Alejandro Ferrari, ganador de los Fondos Concursables de la Cultura del MEC.3 4 5

Eponimia:

La Universidad Católica del Uruguay lleva su nombre.

Especies:
(ApiaceaeEryngium larranagai M.Hiroe6
(PoaceaePaspalum larranagai Arechav.7

 
Desde 2003 la efigie de Larrañaga figura en el billete de 2000 pesos uruguayos, el de mayor valor en circulación.

Como botánico identificó y nombró 650 nuevas especies, muchas de las cuales son gramíneas (Poaceae).

Como botánico identificó y nombró 650 nuevas especies, muchas de las cuales son gramíneas (Poaceae).

Referencias

«Dámaso Antonio Larrañaga», Índice Internacional de Nombres de las Plantas (IPNI)Real Jardín Botánico de Kew, Herbario de la Universidad de Harvard y Herbario nacional Australiano (eds.).

 

Horarios y Actividades

IGLESIA ABIERTA:
Lunes a Sábado de 9:00 a 18:00 hs.
Domingos de 10:00 a 12:30 hs.

SANTA MISA: 
Lunes a Sábados a las 12:00 y 17:00 hs.
Domingos a las 11:00 hs.

EXPOSICIÓN DEL SANTISIMO SACRAMENTO
Lunes a Viernes de 12:30 a 17:00 hs.

BENDICIÓN EUCARÍSTICA
Lunes a Viernes a las 17:00 hs.

DESPACHO PARROQUIAL
Lunes a Viernes de 15:00 a 18:00 hs.

SECRETARÍA ARCHICOFRADÍA DEL SANTISIMO SACRAMENTO
Lunes a Viernes de 10:00 a 12:00 hs

VISITAS GUIADAS A LA CATEDRAL
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